El polietileno, obtenido del petróleo, es un plástico común con aditivos tóxicos. Su impacto ambiental y en la salud humana es crítico, especialmente a través de la bioacumulación y la biomagnificación en pescados y mariscos. Aunque su consumo es beneficioso, la presencia de estos contaminantes plantea riesgos graves a largo plazo. Son indispensables medidas de control de estas sustancias dañinas.






