Aplicaciones fotográficas que desnudan digitalmente a las mujeres, la posibilidad de crear desde una simple frase fotos de «chicas de inteligencia artificial (IA)» e imágenes manipuladas que alimentan la «extorsión sexual»: el auge de la pornografía ultrafalsa está superando esfuerzos de EE. UU. y Europa para regular la tecnología.
Las falsificaciones de fotos y videos cada vez más realistas basadas en IA -llamadas deepfakes- generalmente se asocian a personalidades conocidas, como el papa Francisco con un abrigo acolchado o Donald Trump bajo arresto, pero los expertos afirman que su uso se está extendiendo para generar pornografía no consensuada que puede destruir vidas comunes y corrientes.







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