Si es que soy muy pava y muy mojigata, no hace falta que me lo digáis. Ya lo sé yo. Pero es que, cuando me volvió a echar un piropo, esta vez a mis orejas, y las relacionó con el erotismo femenino... ¡Brrrrr! Casi me da algo. Mis dichosas orejas debían de estar bermellón oscuro... Leer más →