La prostitución ocupa en la mente colectiva el lado oscuro de un romanticismo perverso. Las mujeres somos dueñas de nuestro cuerpo y tenemos derecho a cambiar sexo por muchas cosas como cariño, reconocimiento, agradecimiento, influencia, manutención (nuestra y de nuestros hijos) o incluso bienes materiales. Pero tenemos derecho a hacerlo por decisión propia, no por necesidad impuesta de manera violenta y manipuladora por proxenetas, clientes o espectadores .
Origen: Una marcha en Madrid reclama una ley para la abolición de la prostitución
La prostitución no es más que una forma de esclavitud y así lo defiendo en mi novela solidaria «Romanticismo y otras coacciones»
https://libros.cc/Romanticismo-y-otras-coacciones.htm
Al comprar este libro contribuyes a la prevención del maltrato contra la mujer. Todas las regalías por derechos de autora se donan a la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres (@cimtm)

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