Es natural que los padres que no han recibido educación sexual tengan miedo de lo desconocido. En el caso de algo tan demonizado por algunas religiones como es el sexo, es patente que algunos padres han desarrollad una verdadera fobia. Intentar proteger a tus hijos por algo supuestamente muy perjudicial y perverso es una reacción lógica.
Sin embargo, el desconocimiento de la propia salud sexual es aún más peligroso porque la pone constantemente en riesgo. Los expertos debemos ayudar a estos padres a aprender que para que sus hijos tengan una sexualidad natural y saludable primero deben saber qué es la sexualidad natural y saludable. Saber qué es la sexualidad no convierte a un niño en un adicto a prácticas sexuales perjudiciales sino que previene que los jóvenes desinformados dañen su propia salud.
Justamente mi proyecto va sobre eso. En mi novela salen muchos de esos temas que generan dudas en jóvenes y no tan jóvenes que no han tenido acceso a una educación sexual formal por parte de expertos cualificados. Problemas que afectan especialmente a la salud de las mujeres, a su libertad y, desgraciadamente, a su integridad física e incluso a su derecho a la vida.
Pozos de Pasión 
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