El otro día viendo la serie de televisión Sex Education una chica se queda embarazada a pesar de haber utilizado preservativos en sus relaciones sexuales y no haber detectado roturas. La médica que la atiende le dice que debería haber utilizado otro método suplementario, como la píldora, ya que los preservativos no son un método seguro al 100%.
¿Cómo? ¿Que no son fiables al 100%? Yo siempre había pensado que, si no se rompen, los preservativos no dejan pasar ni un solo espermatozoide. El látex de los preservativos es capaz de retener el agua ¿Cómo va a escaparse el esperma para fecundar el óvulo? No paré de darle vueltas varios días: ¿Cómo puede un médico decir que los condones no son un método totalmente eficaz?
Tras algo de reflexión me di cuenta de que quizás estaba pensando como una bióloga en vez de como un médico y ahí radicaba mi error. Me explico. Los biólogos pensamos en estructuras celulares y moleculares que se comportan de manera sistemática mientras que los médicos tratan con personas que son lo menos sistemático que existe.
Es cierto que un preservativo íntegro, sin roturas, no dejará pasar un sólo espermatozoide y, si no pasa ningún espermatozoide, entonces es biológicamente imposible que haya embarazo. La cuestión es que las personas que tienen relaciones sexuales no utilizan el preservativo más que en el último momento, en el momento de la eyaculación. Sin embargo, los espermatozoides ya están pululando en la primera gota de lo que se denomina «líquido preseminal».
Muchas parejas juguetean sin protección pensando que no existe el riesgo de embarazo hasta el momento de la eyaculación. Pero están equivocadas, sí que existe riesgo de embarazo, especialmente si son jóvenes y saludables. Hay parejas jóvenes que incluso están convencidas de que la «marcha atrás» es un método perfectamente seguro ¡Ayayaiyayai! Pero ¿Dónde han aprendido educación sexual? ¿En un libro del siglo XIX?
Efectivamente, desde el punto de vista médico de la salud pública, ningún método es fiable al 100% porque los humanos nos descuidamos o utilizamos los métodos inadecuadamente. Cuanta más información tengamos, mejor los utilizaremos y esos métodos alcanzarán su máxima eficacia. En el caso de los preservativos esa eficacia potencial es casi del 100% (siendo el «casi» cuando se rompen, que también pasa).
Si un embarazo no deseado o una enfermedad pueden dar al traste con tus expectativas vitales, debes cuidar de que el preservativo esté en su sitio impidiendo que cualquier fluido del pene entre en contacto con la vulva ¡Cualquiera! ¡Desde el principio! Ten en cuenta que los espermatozoides son unos excelentes escaladores, pueden ascender por la vagina aunque hayan sido depositados a sus puertas. Los sexólogos incluso hablan de embarazos tras coitos intra femore, que quiere decir que el hombre eyacula entre los muslos de la mujer en vez de en la vagina ¡La biología sexual es impresionante! ¿No te parece?
Aquí una lista de consejos para que los utilices con seguridad (que puedes encontrar en mil sitios, el envase, por ejemplo):
- El condón debe estar colocado en el pene antes del primer contacto con la vulva de la mujer
- Debe utilizarse antes de la fecha de caducidad o perderá parte de su resistencia
- Debe sacarse con cuidado del envoltorio. No te arriesgues a cortarlo, rasgarlo o agujerearlo utilizando los dientes u objetos cortantes para sacarlo.
- Recuerda: no debe quedar aire dentro del condón, la ampolla de recepción del semen debe vaciarse de aire al colocar el condón
- No utilices aceites como lubricantes, dañan el condón de látex
- Utiliza lubricantes específicos con base acuosa, mejoran la resistencia del material a lo largo de las relaciones
- Debe ser extraído de la vagina sin que se derrame el contenido mientras el pene aún está erecto. Ya hemos dicho que los espermatozoides son excelentes escaladores, intentarán trepar de vuelta a la vagina
- Deséchalo si te has equivocado de lado al colocarlo, ya hemos dicho que el líquido preseminal también es fértil
- ¡Y nunca lo reutilices! No vas a salvar el medio ambiente y puedes llevarte un serio disgusto cuando no una grave enfermedad.