El poder del clítoris

Podríamos hacer un libro entero con las pocas cosas que sabemos respecto al funcionamiento del clítoris, desde el punto de vista anatómico, fisiológico o sanitario. Van apareciendo publicaciones al respecto, aunque su repercusión entre las profesiones sanitarias relacionadas con la Salud Sexual y Reproductiva de la Mujer son más bien pocas.

A día de hoy, en pleno siglo XXI, y con los descubrimientos sobre el clítoris candentes por lo recientes, seguimos encontrando profesionales que no saben reconocer un clítoris completo y a muchas mujeres que desconocen totalmente lo que es, cómo es y cómo funciona.

Este silencio no es casual.

El placer es un arma de construcción masiva; un arma de empoderamiento masivo. Y por eso ha sido imprescindible castrarlo desde que la estructura patriarcal se impuso sobre la Tierra.

La castración física y psicológica del clítoris en las mujeres sigue siendo un arma para someternos y evitar que nos pongamos en pie.

El placer es salud. El placer es vida.

Negarle a una mujer el placer es negarle la posibilidad de disfrutar de la vida. O, al menos, de ponérselo muy difícil.

El clítoris es el símbolo del placer. Es el centro sensitivo más potente del placer. Su única función (o la más importante) es el placer. Por eso las mentes misóginas idearon su castración; para derrotarnos.

En algunos lugares del mundo se ha castrado (literalmente) a las mujeres de muy diversas formas. En algunos lugares del mundo se sigue castrando (literalmente) a las mujeres de muy diversas formas. Pero en TODOS los lugares del mundo se sigue castrando (metafóricamente) a las mujeres silenciando el poder del clítoris.

El silencio sobre el clítoris es causal. Porque con ese silencio, las mujeres no conocen su placer y son menos poderosas. Porque ese silencio, incluso en el mundo sanitario, hace que sucedan cosas como:

  • No tener cuidado en las exploraciones genitales. Si no tenemos presente que cada vez que tocamos, manipulamos o exploramos la zona de la vulva y la vagina, o el periné, estamos tocando, manipulando o explorando el clítoris, no pondremos el cuidado necesario y podremos dañarlo y/o causar dolor. La excepcional sensibilidad del clítoris (unas 8000 terminaciones nerviosas en el glande y unas 15000 en toda la estructura interna) lo convierte en una fuente infinita de placer, pero también de dolor, si no es tratado adecuadamente.
  • No poner atención al daño que puede hacer una intervención quirúrgica. Este fue el motivo que impulsó a Helen O´Connell a investigar sobre el clítoris allá por los años 90; esta uróloga observó que no se ponía el mismo cuidado en las operaciones de vejiga en hombres que en mujeres, y era porque los profesionales no tenían presente la sensibilidad del clítoris y la afectación sexual que podía tener en el futuro, simplemente porque no lo habían estudiado con la misma importancia y veneración que habían estudiado el pene y su repercusión en la sexualidad futura.
  • No preguntar a las mujeres por su placer, lo que lleva a pensar que su placer no importa. Muchas mujeres no se conocen, no saben cómo es su clítoris, no experimentan todo el placer que podrían experimentar (algunas ningún tipo de placer). Lo que no se nombra, no existe. No hay que cuidarlo.

La depresión, al contrario de lo que mucha gente piensa, no es un estado de tristeza profunda (o no sólo); la depresión es la ausencia de placer en la vida. No tener ganas de vivir. No quiero decir con esto que el placer sexual sea el motivo de la depresión, pero sí que el hecho de no conocer el placer sexual contribuye a que sintamos menos placer en la vida en general. Varios estudios han demostrado, desde muy diversos ámbitos de las ciencias sociales y sanitarias, que existe una correlación entre el placer sexual y la salud: cuanto mayor sea el placer, mejores niveles de salud. Quitarnos la posibilidad del placer, por desconocimiento de nuestra propia anatomía, por haber dañado nuestro clítoris o por haberlo maltratado de alguna forma que provocara dolor, merma nuestra salud.

Cuando conocemos nuestro clítoris; cuando lo hacemos funcionar y generar su poder placentero, lo cuidamos y nos cuidamos más. Nos sentimos más enérgicas, nos sentimos más plenas, menos tendentes a la sumisión y más proactivas.

Y eso no le gusta al patriarcado.

Ni a quienes nos quieren sumisas.

Por eso existe la mutilación (literal y metafóricamente). Porque el poder del clítoris puede hacer una revolución.

En el Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina, el día en que internacionalmente ponemos la mirada en los clítoris de las miles de mujeres y niñas que aún siguen siendo literalmente castradas, os invito a poner también la mirada en los millones de clítoris de mujeres y niñas que siguen siendo metafóricamente castradas, para que lo literal y lo metafórico sean, algún día, un mal recuerdo del pasado.

Si damos visibilidad al clítoris, si reconocemos su valor y su importancia, nos parecerá mucho más aberrante todo tipo de mutilación. Y eso contribuye a luchar contra este tipo de acciones de forma más enérgica.

Ascensión Gómez López. Comadrona y Fisioterapeuta especializada en Periné Femenino.

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