Aunque, a priori, podría parecer extraño, los estudios lo están confirmando. Sustituir el azúcar por edulcorantes no solo no parece proteger de la obesidad y la diabetes, sino que hay datos que indican que promueven una intolerancia a la glucosa que desemboca en estas patologías. ¿Cómo? Pues dejando sin su alimento natural a millones de bacterias que nos ayudan a digerir y absorber los nutrientes de la comida. Además de matarlas de hambre, nuestro metabolismo se vuelve loco por acumular el poco azúcar que le llega, el nutriente básico del metabolismo energético celular.
Se puede discutir mucho sobre el tema, pero lo que siempre ha estado claro es que una dieta saludable tiene que ser equilibrada. Se puede reducir, pero eliminar totalmente el azúcar va contra natura. Si tienes sobrepeso, muévete más (es prioritario) y, además, cambia las grasas animales y las golosinas por el consumo de verduras, legumbres y frutas. Tomar golosinas o bebidas que sustituyen el azúcar por edulcorantes no te ayudará, más al contrario.
Sería muy interesante estudiarlo en mujeres embarazadas, porque es probable que el consumo de edulcorantes también esté relacionado con la diabetes gestacional, e incluso con la probabilidad futura de que la criatura desarrolle sobrepeso. Estudios previos en madres que pasaron hambre durante el embarazo por causa de guerras o hambrunas han dado resultados sorprendentes al respecto.
Origen: Artificial Sweeteners Alter Gut Bacteria in Humans | The Scientist Magazine®
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