En numerosas ocasiones se critica el aborto, planteándolo como una libertad banal y relacionada con errores de juventud. Sin embargo, la inmensa mayoría de las mujeres que requieren un aborto no son jóvenes arrepentidas de una noche de fiesta, sino madres de familia. Las estadísticas demuestran que un embarazo pone a prueba la salud de la mujer y la viabilidad de sus familias, convirtiendo su terminación es un derecho humano de primer orden.
La decisión de terminar con el embarazo es muy difícil, especialmente por la presión e incomprensión social, pero también por el propio impacto en la salud mental de la embarazada. Sin embargo, cuando una mujer ya tiene hijos a su cargo, su deber, responsabilidad y compromiso está, y debe estar, con ellos. Un embarazo no es un hijo, y un embrión no es una persona, anteponerlos a la salud física y mental de la mujer, o a la viabilidad de su familia solo demuestra ignorancia, dogmatismo e insensibilidad por el sufrimiento ajeno y los derechos de la infancia.
La prohibición a la mujer de decidir si los riesgos que corre su salud y su familia aconsejan que debe acabar con su embarazo es una práctica recurrente en sociedades machistas. Además, se conjuga normalmente con impedimentos al acceso a herramientas de planificación familiar y anticonceptivos, así como a ayudas a las madres solteras, lo que, en la práctica, sitúa a las mujeres en un sometimiento reproductivo. La imposición de penas a sanitarios que practican abortos de manera segura no solo dificulta que la mujer tenga control sobre su cuerpo y decisión sobre su salud, sino que impide que tenga decisión sobre sus hijos ya natos y su autonomía sexual/marital. No en vano, los datos muestran el maltrato machista se exacerba durante el embarazo.
El interesante artículo vinculado a continuación resume la evolución de la despenalización del derecho de las mujeres españolas a decidir si quieren seguir adelante con un embarazo, deseado o no, tras considerar todos los riesgos individuales y condicionantes personales y familiares.
Origen: España y la despenalización del Aborto | Ameco Press
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