Impresionante historia de una mujer que, gracias a la ayuda de un profesor inteligente, desarrolló sus enormes capacidades a pesar de sus no pequeñas dificultades. No sólo era huérfana y sin recursos, sino sordociega y casi muda por falta de atención especializada. Pero el apoyo decidido de una institución especializada dirigida por una persona visionaria, diría yo, hizo llegar a esta mujer a ser una gran científica y, para mí, un acicate por su tesón por aprender y avanzar. Hay muchas formas de conocimiento y los sonidos e imágenes son sólo una de ellas. El lenguaje y las palabras no son sólo sonidos y dibujos, son conceptos y como tales, son manejados por el cerebro, no por los ojos o los oídos.
Solo puedo concluir en que, si ella pudo, todas podemos. Sólo necesitamos que nos dejen y no pongan obstáculos en nuestro camino.
Deja una respuesta