La noticia (La Razón, 29-12-20) que abre este artículo ilustra a la perfección la problemática que queremos plantear en las líneas que siguen. ¿Cómo es posible que 34 menores, estudiantes y buenos chicos como cualquiera de nuestra familia, del edificio o del barrio donde vivimos, intercambien contenidos sexuales extremadamente agresivos como las violaciones de bebés y de niñas de 2 años?
¿Qué clase de monstruos estamos creando? se preguntaba la periodista Tita Barahona, sobre esta noticia, en un interesante artículo de CANARIAS SEMANAL, en el que amablemente citaba mi trabajo. Esta es una interpelación muy común que nos formulan universitarios/as, padres, madres y docentes con los que impartimos cursos y talleres de formación. Yo suelo responder: porque forman parte de la generación de niños (y niñas) pornográficos y les cuento en detalle las características de la misma.
Origen: MIS NIÑOS (Y NIÑAS) PORNOGRÁFICOS (I): El poder del deseo – Jose Luis García
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