
Las mujeres podemos, y debemos, ocupar nuestro lugar en las actividades masculinizadas. Indudablemente, debido a nuestras diferencias anatómicas y fisiológicas, habrá pequeñas diferencias en cómo mujeres y hombres las ejecuten. Pero, más allá de las cuestiones físicas, los valores del deporte como el esfuerzo, la persistencia o la lealtad, serán los mismos.
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