Desde el ámbito de la Biomedicina no dejan de sorprendernos, por increíble, que una ley intente negar y reescribir la realidad biológica al confundir el concepto de género social, con el de sexo biológico. La empatía, comprensión y tolerancia por las personas que se sienten diferentes o que sufren disforia de género o disforia de sexo (no confundir), no está enfrentada con la empatía, comprensión y tolerancia por las personas vulnerables.
A continuación os copio los argumentos del movimiento «Contra el Borrado de las Mujeres» que defiende una revisión profunda de ciertas fallas graves en el borrador de la Ley Trans que se tramita en España.
La ALIANZA CONTRA EL BORRADO DE LAS MUJERES es una iniciativa que nace para poner de manifiesto cómo la eliminación del “sexo” como categoría jurídica borra a las mujeres, invisibiliza el principal elemento sobre el que se basa la desigualdad estructural que padecen, e inutiliza las medidas de acción positiva basadas en el sexo así como todas las políticas públicas que combaten la desigualdad basada en el sexo.
La ALIANZA CONTRA EL BORRADO DE LAS MUJERES defiende la especificidad del deporte femenino y sus categorías deportivas femeninas, porque mujeres y hombres tienen diferencias anatómicas que producen una ventaja para los varones (entendido el término en sentido estrictamente biológico). La mayor densidad ósea, mayor capacidad pulmonar, mayor masa muscular, el mayor tamaño y altura promedio no desaparecen tras años de hormonación.
La ALIANZA CONTRA EL BORRADO DE LAS MUJERES propone a la sociedad española un análisis detallado sobre las consecuencias de las propuestas legislativas y sociales, educativas y culturales que pretenden introducir en la legislación la «autoidentificación» del sexo como una categoría jurídica, y la imposición del “género” como una categoría identitaria que refuerza los estereotipos sexistas y apuntala los elementos más perniciosos sobre los que se basa la discriminación por razón de sexo. Esta imposición impacta negativamente sobre la vida de las mujeres y las niñas, ya que el género es un concepto variable en el espacio y el tiempo, y está influido por las modas y las prácticas culturales. El sexo, sin embargo, es un concepto estable y jurídicamente determinado, que se basa en la biología, y que queda descrito y asignado tras la observación de la genitalidad de cada miembro de la especie. La imposición de la ficción jurídica de la auto-identificación borra la realidad contrastable.
Porque la ALIANZA CONTRA EL BORRADO DE LAS MUJERES quiere llamar a la sociedad en su conjunto y a los partidos políticos en particular, a reflexionar sobre las consecuencias del reconocimiento jurídico del concepto «identidad de género», y sobre cómo determinadas propuestas legislativas —comprometidas en los programas electorales de algunos partidos—, presentan el cambio de género como sinónimo de cambio de sexo, con la pretensión de institucionalizar en el ámbito educativo contenidos curriculares acientíficos, pseudocientíficos o directamente negacionistas de aquello que se puede percibir de manera clara y precisa.
Porque cualquier propuesta legislativa que refuerce los estereotipos de género —algo que tratamos de desafiar en las escuelas para ayudar a todas las niñas/os a darse cuenta de su potencial, y en particular a las niñas a tener confianza en sus capacidades—, atenta contra la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Porque la pretensión del reconocimiento jurídico de una autodeterminación del género no puede derivar en la libre autodeterminación del sexo (o en su borrado registral y estadístico, que ha de estar separado en mujeres y hombres si queremos seguir siendo capaces de analizar la situación de la mujer en la sociedad).
Porque si para las políticas públicas el sexo de una persona es irrelevante, todas las políticas para combatir la desigualdad estructural que como mujeres padecemos, se tornan del todo irrelevantes.
Porque el cambio de la terminología descriptiva de las cosas no cambia el hecho cierto de que son las mujeres, por ser mujeres, las protagonistas de la gestación (con todas sus consecuencias). Porque no se puede borrar la realidad de que quien gesta y pare son mujeres, reemplazando la palabra «madre» por «persona gestante» o «padre de parto». Este lenguaje nace de la misoginia y trata de eliminar conceptualmente la realidad de que si gestas y pares eres una mujer.
Porque el sexo al que se pertenece no es un dato indiferente. Porque las mujeres necesitamos que las leyes tengan en cuenta la categoría jurídica del sexo en lo concerniente a la violencia machista, el deporte, la salud, etc.
Porque la negación de la realidad indudable del sexo biológico, está llevando a la impostura de utilizar eufemismos y expresiones como «cuerpos feminizados».
Porque es preciso dar a conocer a la sociedad las tres fases en las que se basan las estrategias nacionales e internacionales de borrado de las mujeres, pero también quiénes las apoyan y cómo se financian.
Porque corresponde al gobierno hacer efectivas las demandas del feminismo español, que rechaza el reconocimiento jurídico de la autoidentificación y que se declara también contrario a la regulación de la prostitución como ocupación laboral y a la práctica del alquiler de mujeres con fines reproductivos.
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