Hay quien pone en duda que la violencia de género sea un fenómeno específico, con unas causas y características concretas y diferenciales.
Los científicos hacemos este tipo de clasificaciones basándonos en datos, como los de este estudio realizado por Instituciones Penitenciarias del estado español. Mientras que de todos los presos excarcelados, sólo el 20% volvió a prisión por delinquir, el 41% de los maltratadores, condenados por agredir a una mujer, volvieron a prisión por el mismo delito.
Esto, junto con otros datos de diferentes estudios, nos indica que las agresiones a mujeres no son delitos «normales», son parte de algo más que hemos denominado » violencia de género», para diferenciarlo de la violencia sexual. Ambas están muy relacionadas, pero la segunda se restringe a abusos y agresiones sexuales, violaciones.
¿Por qué es importante identificar las características diferenciales de cada tipo de violencia? Porque, como pasa con las infecciones, la prevención y el tratamiento son específicos. Todos sabemos que tratar una infección vírica, como la COVID, con antibióticos, no ataja la infección. Sólo los antivirales son efectivos contra los virus. Y en la prevención es parecido. Mientras que la COVID no se contagia a través de la comida, la salmonelosis puede mandarte al hospital.
La violencia de género no es una creencia, ni una ideología, es una realidad a la que investigaciones criminológicas, sociológicas, sanitarias y antropológicas han puesto nombre. Es necesario conocer sus características para poder diseñar medidas de prevención y rehabilitación de los delincuentes antes de que lleguen al asesinato.
A propósito, la mayoría de los investigadores en estas áreas que le han puesto nombre a la violencia de género, son hombres…
Deja una respuesta