Para entender por qué enfermamos, cuáles son los orígenes de nuestras enfermedades y por tanto poder buscar terapias y tratamientos eficaces es necesario entender de dónde viene (y adónde va) el ser humano como especie. Las leyes de la evolución y la teoría de la selección natural de Darwin son tan aplicables al ser humano como a cualquier otra especie tal y como vemos al profundizar en la biología evolutiva humana. La biomedicina del futuro será una biomedicina evolutiva, con herramientas mucho más potentes al tener una visión global del ser humano, integrada en las idiosincrasias y tendencias de los procesos evolutivos.
En este sentido os recomiendo el siguiente artículo del Prof. Méndez:
Si se tienen en cuenta las escalas espaciales y temporales razonables a las que los humanos se pueden ver sometidos a la selección natural, se pueden deducir cuatro implicaciones. La primera es que muchas poblaciones humanas están sometidas a selección natural, en la condiciones ambientales a las que habitan. La segunda es que, en la medida en que las condiciones ambientales varían, incluso en poblaciones que cuentan con recursos médicos sofisticados, la selección natural sigue en marcha. Las zoonosis no dejan de ser un ejemplo reciente, pero hay otras enfermedades emergentes, algunas relacionadas precisamente con los nuevos ambientes que aparecen en sociedades desarrolladas.
Origen: ¿Sigue sometida la especie humana a la selección natural? ¡Claro que sí! – Salud, cosmonautas:
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