
El maltrato, sin duda, es una lacra social. Debemos combatirlo y eliminarlo de nuestras vidas, pero ¿cómo? La mejor forma de enfrentarse a algo es hacerlo con conocimiento, es decir, tenemos que informarnos para poder identificarlo y actuar. Lamentablemente, aún hay demasiado desconocimiento. Si nos hablan de maltrato, ¿qué es lo primero que se nos viene a la mente? Una mujer maltratada por su pareja, un niño que es maltratado en el colegio por sus compañeros o quizá en casa por sus padres, ancianos maltratados por sus familiares o en residencias, etc. Todo esto ocurre, pero en raras ocasiones se nos vendría a la cabeza la imagen de una mujer embarazada siendo maltratada.
Cuando pensamos en una mujer embarazada, generalmente nos imaginamos una mujer feliz, quizá un tanto cansada, porque traer una vida (o más) al mundo es agotador y supone un esfuerzo físico y emocional tremendo; pero en definitiva feliz y llena de amor. En esta situación tan difícil por la que una mujer pasa a lo largo de su embarazo, ¿qué ocurriría si en vez de recibir apoyo lo que recibiese fuera maltrato? Bien, pues esto ocurre y con mucha más frecuencia de la que somos conscientes. Hay mujeres embarazadas que sufren violencia física, psicológica y sexual, y en algunos casos incluso son asesinadas. Evidentemente, esto no solo tiene consecuencias para la mujer (madre), sino también para su hijo. Una de las consecuencias más impactantes es el inicio tardío de la atención prenatal (retraso entre 2,2 y 4 veces más la primera visita) lo que dificulta poder identificar anomalías del embarazo en la madre o el bebé. Pero hay muchas consecuencias más tanto para la madre como para el bebé, como, por ejemplo: riesgo de parto prematuro (hasta 6 veces mayor), riesgo de padecer hemorragias o sangrados (casi 9 veces mayor), riesgo de aborto espontáneo (incluso 6 veces mayor), riesgo de bajo peso del recién nacido (5,5 veces mayor), diabetes gestacional, rotura prematura de membranas, depresión post-parto, mayor frecuencia de ingreso del recién nacido en la Unidad de Cuidados Neonatales, etc.
Es evidente que el maltrato durante el embarazo tiene consecuencias terribles tanto para la mujer como para su bebé, así que tenemos que luchar para que la violencia y el maltrato desaparezca, dar todo el apoyo y ayuda posible a las mujeres que están pasando por esta situación, y acompañarlas no solo durante la gestación si no en el cuidado de su bebé, porque tienen que sentir que están acompañados y que saldrán adelante. La mejor forma de proteger la vida es cuidar y defender a las mujeres que están albergando vida en su interior.
Este texto fue elaborado por Aurora Fernández Donaire como conclusión a la segunda edición de los Seminarios Pozos de pasión en la URJC, curso 22-23
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