El parto humano reúne una serie de peculiaridades que lo hacen inusual. Es un proceso largo y complicado cuyo éxito depende, en muchas ocasiones, de la ayuda de una mano amiga. La evolución de la humanidad está estrechamente vinculada a las interacciones familiares y sociales. Así, el parto es uno de esos momentos críticos donde las mujeres necesitan de la solidaridad y ayuda de otras personas. Es cierto que, de vez en cuando, oímos que una mujer ha dado a luz sola. Son eventos que salen en las noticias porque, por razones biológicas, son inusuales y conllevan altos riesgos tanto para la madre como para el bebé.
Así, a pesar de las malas lenguas (también llamadas misóginas), la «profesión más antigua del mundo» es probablemente la matronería. Las comadronas han existido desde el origen del ser humano porque el parto humano es diferente al de otros primates como los chimpancés. Y, además, es una profesión en la que la experiencia es potenciada enormemente por la formación técnica. Actualmente, las matronas (y matrones) deben cursar un grado de enfermería y posteriormente especializarse en matronería. Una larga carrera de estudios y prácticas que se ve recompensada por todas las vidas que ayudan a traer al mundo con seguridad. La formación de matronas en los países en desarrollo es prioritaria para la OMS debido a su altísimo impacto en la disminución de la mortalidad materno-infantil, tal y como explico en mis novelas de la serie Pozos de pasión.
Matronicidio es un matrón (sí es un hombre), muy popular en Twitter por su buen humor y buena divulgación de los aspectos que rodean el parto, la maternidad y la profesión de la matronería. El hilo que os copio a continuación es una síntesis magistral de las complejidades biológicas de la anatomía femenina y el parto. Estoy segura de que os impresionará tanto como a mí.
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