Los datos están confirmando lo que expertos como el Dr. José Luis García, director académico de nuestro título de Experto/a en Prevención de los Efectos de la Pornografía en la Salud Afectivo-Sexual (Clínica Universitaria URJC) llevan pronosticando desde que Internet y la falta de educación sexual dejan a nuestra juventud en manos de los más perjudiciales bulos y falacias sobre la sexualidad, la violencia y los roles de género. Os copio un fragmento del artículo que podéis leer completo en el enlace de más abajo:
En esta misma línea opina José Luis García, psicólogo clínico especializado en sexología y codirector del curso Experto en Prevención de los Efectos de la Pornografía en la Salud Afectivo-Sexual, de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), quien advierte: «La sociedad, por no atender al aprendizaje del hecho sexual en los menores, va a pagar un precio muy caro: tenemos un tsunami encima que va a transformar la conducta sexual de una generación entera, derivado del consumo de pornografía violenta».
Así, el experto señala que muchos niños empiezan a consumir pornografía entre los 6 y los 10 años, «y que una cuarta parte de los jovenes podría ver entre mil y cinco mil horas de porno violento, con el que se excita». Esto último cobra especial importancia porque «al excitarse y obtener placer se confiere a lo que se está viendo un valor extraordinario en un cerebro aún en construcción». Un adolescente, remarca, no tiene la misma capacidad de un adulto para decidir.
Son varios los aspectos inherentes a la pornografía que preocupan a José Luis García y otros especialistas del ramo. El primero de ellos es que la industria ofrece un modelo de sexualidad que juzgan como perverso: «Por ejemplo, es muy fácil tener relaciones sexuales. Ningún hombre da la vuelta, por así decir, al final siempre logra su objetivo, que es penetrar por boca, vagina o ano a la mujer».
En esta misma línea, García apunta a que el famoso ‘No es no’ (polémica jurídicas aparte) se convierte en el porno en una suerte de ‘No es sí’: «El mensaje que traslada este modelo es que a las mujeres les gusta que las fuercen, porque al final se acaba convirtiendo en una loba sexual que le da placer al varón. El consumo de estas películas altera la empatía y la compasión, de manera que los hombres ven en las mujeres una especie de trozo de carne donde eyacular». Por último, reseña que en la industria del porno de forma mayoritaria se promociona un sexo sin condón, con el riesgo que eso conlleva de aumentar las infecciones sexuales y embarazos no deseados.
El panorama que este experto en sexualidad describe es desolador. Por ejemplo, relata cómo a menudo «a los hombres les excita ser violentos, y a las mujeres ser sometidas», lo que provoca que «conductas como la penetración anal o la felación» se conviertan «en indispensables para una pareja joven», de lo que se deriva que «muchas niñas de 13 y 14 años tengan relaciones sexuales sin placer y con dolor porque eso es lo que le gusta al chico del que están enamoradas, porque sus amigas dicen que también lo hacen, y porque en el porno es muy fácil».
Por todo ello, lamenta que una dimensión humana positiva, como es la sexualidad, en muchas ocasiones se convierta en una experiencia desagradable, traumática y dolorosa.
Origen: Violaciones en Badalona o en Petrer: uno de cada 7,5 delitos sexuales en España son de menores
Deja una respuesta